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domingo, 19 de diciembre de 2010

La época de Navidad ha llegado nuevamente, las decoraciones y luces ya han comenzado a alegrar nuestras calles y hogares. Falta poco para la comida navideña en familia, la reunión con nuestros seres amados, pero alguien faltará. Faltarán esos seres queridos que se nos han adelantado en el viaje sin retorno, su vacío se hará más profundo en estas fechas, les extrañaremos, nos faltarán sus bromas, risas y palabras. Su ausencia se nos hará más intensa en esta época de recuerdos y de reflexión.
Para quienes hemos perdido a un ser querido la Navidad nos provoca una mezcla de sentimientos de alegría, tristeza y nostalgia porque el duelo es un sentimiento que aunque se supera provoca dolor, alguna lágrima mezclada con sonrisas. Ahora que estamos próximos a celebrar el nacimiento de Jesús, intentamos estar reunidos en familia, pero el espacio de quien ya no está se nos hace más grande.
Ya nada será igual, la ausencia de esos seres tan amados es para siempre, nada llenará esos espacios. La tristeza y la nostalgia pueden llegar a quitarnos el deseo de celebrar, pero muchas de nosotras somos el núcleo integrador de nuestras familias. Debemos recordar que detrás de cada lágrima, tal vez secreta o lágrima del corazón, hay alguien que espera por nuestra sonrisa y nuestro amor. Aún tenemos una misión que cumplir, la de llevar alegría a los que aún están con nosotras, aunque en nuestros corazones haya una lluvia de lágrimas.
El proceso de duelo nos lleva mucho tiempo para superarlo, pero las memorias perduran por siempre. Debemos recordar que a pesar de nuestra tristeza, no está prohibido sonreír y celebrar en esta navidad el nacimiento del hijo unigénito de Dios. Permitamos que nuestra mente vuele en aras de las hermosas memorias de quienes se nos han escapado hacia otra dimensión. Dejemos que nuestras memorias vuelen hacia los tiempos idos en los que celebrábamos la navidad con amor, levantemos esa tristeza y contemplemos a nuestro rededor a quienes nos rodean.
Miremos a nuestro rededor y demos gracias al creador por lo que tenemos, por el privilegio de haber tenido a quienes ya no están, por los recuerdos, por los momentos compartidos que aunque ya no volverán, nos han dejado un legado de ejemplos y vivencias que en esta Navidad que se aproxima, podremos compartir con los que aun están, con los que nos aman y a quienes amamos. Honremos sus memorias con alegría, con optimismo y alegría, de la misma forma que un día, ellos, los que se nos adelantaron lo hicieron junto a nosotras.
Permite que según va llegando la Navidad, tu hogar se ilumine con el espíritu navideño que se ilumine con las luces de esperanza, de amor y paz, y permite que se inunde con la presencia del recuerdo de quienes se nos fueron para siempre, pero que están y estarán en nuestro corazón por siempre.
Con el mismo cariño de siempre..".Donde quiera que estes sabes que te amo y que me has hecho mucha falta"
(Tomado de toda mujer es bella)

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